jueves, 20 de abril de 2017


FALTA MENOS

franciscofajardo19a

Comparar las dos concentraciones que tuvieron lugar el 19 de Abril es una tarea fácil que nos indica cómo está nuestro ambiente político y a quien realmente las  mayorías respaldan.
¿3 millones de personas en la Avenida Bolívar? Permítame carcajearme, señor Maduro. No se puede ser más farsante y embustero. Las  gráficas ciertas y confiables lo reseñaron ampliamente. No habrían más de 20 mil personas, si acaso, en la concentración organizada por el gobierno, a la que por cierto, llevaron nariceados a todos los empleados públicos del país, bajo la amenaza de ser despedidos.  
Pero la imposición les resultó infructuosa, miles se resistieron a hacerlo, y los que vinieron, en su mayoría, maldecían entre dientes a los déspotas que nos gobiernan.
Entre 20 y 50 mil bolívares fueron los viáticos que entregaron a cada persona, y algunos recibieron botellas de bebidas espirituosas. Miles de autobuses fueron contratados, y sin embargo, fue desastroso el resultado como movilización. Ya quedaron atrás los días en que acarreaban a la gente sin necesidad de estímulos en metálico o porque los consideraban sus líderes. La bolsa pública para despilfarrar y regalar se les vació, y ahora no los quieren ver ni en pintura por el hambre que han provocado.
El mundo entero pudo observar cómo el gobierno ni con todo el dinero del mundo puede movilizar a “su gente”. Perdió credibilidad, apoyo y legitimidad ante la población. Sus mentiras ya no son creídas, sus montajes mediáticos nadie se los traga, ni siquiera los que aún sienten alguna simpatía por el gobierno.
En cambio, la movilización de la oposición democrática fue grandiosa, pacífica, nunca vista en  nuestra historia política. La dirigencia política, los partidos y las organizaciones  de la sociedad civil demostraron su capacidad organizativa, su fuerza social y su liderazgo.  Probaron que su legitimidad democrática es real y que tienen audiencia en nuestra población.
Porque unas manifestaciones como las del 19 y 20 de abril responden a una implantación de un liderazgo que con sus defectos y errores tiene amplio respaldo popular. Unas demostraciones como ésas no son producto de la magia, de la improvisación o de la mera espontaneidad. Es también de un trabajo que muchas veces no es reconocido, o porque se desconoce o porque hay algún interés antipolítico detrás que busca restarles importancia, todo en un entorno en el que los medios mayormente controlados por el gobierno o neutralizados por éste, no reflejan las iniciativas de muchos líderes políticos y sociales que a la chita callando laboran junto a las comunidades luchando por sus necesidades más sentidas.
Estamos viviendo momentos muy difíciles, complejos e inciertos.
Tenemos enfrente a un gobierno que en su locura pareciera pretender que el país se hunda con él. No le importa las penurias y el dolor que sufre la población. Solo quieren mantenerse en el poder para seguir haciendo de las suyas, a su antojo.
De allí que arremeta con saña y perversidad contra quienes se oponen a él.
Esta semana presenciamos hasta dónde es capaz de llegar, violando los derechos humanos de los opositores que protestan contra un gobierno dictatorial y desastroso. Esta dispuesto a todo, y ya ha dado muestras de los más grandes horrores. Las amenazas, veladas o abiertas, a las personas que ejerciendo sus derechos constitucionales han salido a las calles a protestar, están a  la orden del día. Se les acusa de traidores a la patria e intimida, y hasta se asoma que podrían acabar con sus vidas.
Los venezolanos estamos siendo gobernados por unos verdaderos desquiciados que han desfalcado las arcas públicas y destruido instituciones que fueron levantadas con mucho esfuerzo por los venezolanos durante varias décadas. Y no solo eso, la moral de nuestra sociedad la han degradado.
Pero las principales víctimas han sido la democracia y la libertad.
No obstante, pareciera que el proceso de recuperación democrática se ha comenzado a acelerar y ello es motivo para sentirse optimista. Aun falta camino por recorrer, el cual se acortará en la medida que todos los demócratas unidos empujemos hacia el mismo objetivo.
Ya falta menos, los últimos y auspiciosos eventos están anunciándolo.  

EMILIO NOUEL V.


jueves, 6 de abril de 2017

DOS RESOLUCIONES INTERNACIONALES CONTRA LA TIRANÌA DE MADURO

         Resultado de imagen para oea          Resultado de imagen para MERCOSUR

La crisis venezolana pica y se extiende. Los acontecimientos se suceden vertiginosamente. Pasan las horas y días ofreciéndonos sin solución de continuidad nuevos eventos que nos impiden valorar y asimilar suficientemente  los previos.
Vivimos tiempos movidos. Es lo que nos ha tocado a los venezolanos de esta época angustiosa e incierta.
Un gobierno cada vez más aislado y desacreditado en el mundo, se hunde en sus torpezas diplomáticas, negándose a rectificar el rumbo enloquecido que lleva y a negociar una salida al grave atolladero político-económico en que estamos.
Mientras el gobierno y sus bandas paramilitares desatan una represión feroz contra los opositores, desde dos instituciones internacionales hemisféricas nos llegan dos  decisiones sobre nuestro país. Ambas no han podido mantenerse indiferentes a nuestra tragedia, que se agrava con el pasar de los días.
Mercosur, bloque comercial al que accedimos hace pocos años, ha emitido, con base en su ordenamiento jurídico, un acto en el que califica de “ruptura del orden democrático” lo que ha tenido lugar en nuestro país.
Por otro lado, insta al gobierno a “adoptar inmediatamente medidas concretas, concertadas con la oposición, de acuerdo a la Constitución (…) para asegurar la separación de poderes, el respeto al Estado de derecho, a los derechos humanos, y a las instituciones democráticas". También exige a Maduro respetar el cronograma electoral.
La “ruptura del orden democrático” es un concepto contenido en los Protocolos de Ushuaia de Mercosur.
El artículo 1 establece que éste se aplicará en caso de ruptura o amenaza de ruptura del orden democrático, de una violación del orden constitucional o de cualquier situación que ponga en riesgo el legítimo ejercicio del poder y la vigencia de los valores y principios democráticos.
Por su parte el artículo 3 dispone que los Presidentes o, en su defecto, los Ministros de Relaciones Exteriores promoverán, a través de la Presidencia Pro Tempore, consultas inmediatas con las autoridades constitucionales de la Parte afectada, interpondrán sus buenos oficios y realizarán gestiones diplomáticas para promover el restablecimiento de la democracia en el país afectado.
De modo que a partir de esta decisión está siendo aplicada la Cláusula democrática mercosuriana a Venezuela.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha aprobado una resolución en la que se expresa que en nuestro país se ha producido una  grave alteración inconstitucional del orden democrático”, que las decisiones del Tribunal Supremo de suspender los poderes de la Asamblea Nacional son incompatibles con las prácticas democráticas y constituye una violación del orden constitucional de la República, y que es esencial que el gobierno venezolano asegure la plena restauración del orden democrático.
En atención a ello la OEA urge a aquel a garantizar la separación e independencia de los poderes y restaurar la plena autoridad de la Asamblea Nacional, manteniéndose dispuesta a apoyar las medidas de retorno al orden democrático y emprender gestiones diplomáticas para normalizar la institucionalidad de conformidad con la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana (CDI). Se ratifica así la aplicación de esta última.
De los textos mencionados, queda claro que para los países más importantes del hemisferio, los  que representan el 95% de su población, en Venezuela la democracia ha sido quebrada o alterada gravemente, lo cual podría traer como consecuencia una sanción, de no entrar en razón el gobierno de nuestro país.
En Venezuela está instaurada una dictadura. No existe separación ni autonomía de los poderes públicos, Miraflores con excepción del parlamento, lo controla todo. Se persigue y encarcela a la oposición, sin formula de juicio. La farsa para tratar de demostrar lo contrario ante el mundo está descubierta, nadie se come ese cuento chino. Los magistrados del Tribunal supremo son fichas del gobierno, su prolongación obsecuente.
Por fortuna, la institucionalidad internacional y su normativa están actuando, La causa de la libertad en Venezuela se está imponiendo.