miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL FALSO DILEMA Y EL MANTRA “SOMOS MAYORÍA”

Luego del resultado tablas del 8D, que, sin embargo, permitió avanzar institucionalmente a las fuerzas democráticas y asentar su base político-electoral, algunos en la oposición, incluso dirigentes de alta exposición mediática, están planteando un falso dilema político.
Se les oye decir, desde una perspectiva cuestionadora, que para la oposición democrática no se trataría de fortalecer y consolidar una fuerza política, que lo que importa es la captura del poder.
No sabemos si tal opinión es producto o de un enfoque, a mi juicio, errado pero honesto del asunto, o si detrás se esconde un propósito político subalterno, una manera de torpedear a los que han liderado la Unidad hasta ahora,  y así erigirse en alternativa de recambio.
No sé, digo yo, desde mi modesta esquina, que en política es condición sine qua non, crucial, crecer, fortalecer y consolidar una fuerza para luego acceder al poder.
A menos que se esté buscando echar mano de los atajos o de cualquier medio express, aquella esa es la norma.
Tengo para mí que la vía, en política, es la acumulación suficiente de fuerzas de manera que podamos, en consecuencia, incidir en los acontecimientos.
Es por ello que no veo cúal es el dilema entre crecer y consolidar una fuerza y luchar por el poder.
En el mismo sentido que comentamos, se oye igualmente decir, que la oposición venezolana tiene “complejo de minoría”, y que haría falta asumir y repetir el mantra de  que “somos mayoría” para que el milagro de arribar a Miraflores se opere.
Este es otro mito que como tal no resiste un contraste con la realidad. Si fuéramos mayoría determinante, ya hubiéramos salido de la pesadilla que nos atormenta, pero no lo somos. 
Algún especialista por allí defiende tal tesis. Pareciera que para él, todo se reduce al mundo de las percepciones, que obviamente, son importantes, pero si no tienen un anclaje en las realidades, el “Somos mayoría”, hagas lo que hagas, tiene las patas cortas.
Uno de los corolarios del lema de marras es que todo político deberá hablar “golpeado”, decir cualquier disparate, no importa si se propala una falsedad o una media verdad, que tarde o temprano se revertirá contra el que la dijo, todo se vale;  eso sí, con cara muy seria, grave, dramática y hasta telenovelérica. “Somos mayoría” y punto. Con proferir el mantra, de manera mágica se hará la luz.  
Estas visiones descaminadas o interesadas no se explican si no las enmarcamos en el “toma y daca” dentro de la oposición; por cierto, algo natural que no es tampoco para cortarse las venas, aunque a veces preocupan.
Ya vemos en los balances del 8D cómo esos desencuentros se expresan. Hasta han llegado absurdamente a atribuir a la MUD el nivel de abstención. Por Dios! Mayor disparate no puede haber.  Pero así son las cosas cuando del poder se trata.
Por encima de estas escaramuzas, lo importante es la Unidad en lo sustantivo. Habrá que hacer los ajustes y afinaciones que sean necesarios en una estrategia que ha sido la correcta en líneas generales.

Debemos estar atentos a no dejarse llevar por dilemas falsos, ni caer en voluntarismos  o "maquiavelismos" burdos, cuyos pies de barro pronto se evidenciaran en fracasos y amargas decepciones.


EMILIO NOUEL V.

@ENouelV  

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