martes, 4 de septiembre de 2012


                     LOS “PROTOCOLOS" DE DAVID DE LIMA


                                              

La extravagante "denuncia" de David de Lima en estos días de recta final de campaña electoral, nos hizo recordar uno de los episodios más repugnantes de la historia política mundial. 
La forja de documentos con el propósito de endilgarle a individuos o grupos aviesas y ocultas  intenciones, tiene en los “Protocolos de los sabios de Sión” un ejemplo histórico ampliamente conocido.
En Europa, sirvió a políticos y gobiernos para acusar a los judíos de haber ideado planes de dominio del mundo.  Este documento antisemita fue publicado bajo la Rusia zarista, y con él se pretendía dar justificación a los progroms contra la población de aquella fe religiosa.
Igualmente, se afirma que los Protocolos fueron redactados por la policía secreta de aquel país, la oprobiosamente famosa Ojrana, y se inspiraban en piezas literarias de varios escritores antisemitas europeos del siglo XIX.
Según aquella policía, los Protocolos eran la prueba de que las luchas democráticas contra el Zar Nicolás II formaban parte de la conspiración judeo-masónica anunciada en ese documento. No hay que olvidar que gran parte de los dirigentes políticos que se oponían a la autocracia rusa, eran judíos. Así, acusar a éstos de todos los males pasados, presentes y futuros, era el objetivo político de la publicación antisemita.
Obviamente, en la población había vastos sectores que creían a pie juntillas en la historia fraguada por la policía; de allí la amplia difusión que tuvo el documento.
Pero no sólo en Rusia tuvo influencia. También en el resto de Europa. Se conoce más de 30 ediciones de los Protocolos, y en la Alemania previa a la llegada del nazismo y después, obviamente, también fue difundido.
Sin embargo, y a pesar de que fue demostrada la falsedad, mucha gente sigue creyendo aún hoy en la conspiración mundial judía para sojuzgar el mundo.
Guardando las distancias, vemos hoy cómo mediante un expediente parecido, se pretende falsear la realidad también en Venezuela, cambiando de protagonistas, en circunstancias distintas y en presencia de otros móviles. 
Nuestro país no podría ser la excepción, y en tiempos electorales sabemos que se desata la creatividad y los que ven nubarrones en el horizonte echan mano de cualquier recurso, así sea la burda mentira. La picaresca política criolla, sin duda, es inagotable.
Mutatis mutandi, resulta curioso que en pleno siglo XXI, una persona que tengo por inteligente, y cuyos nombre y apellido, por cierto, evocan orígenes sefardíes, salga de su confinamiento político, para publicitar un documento que, según él, sería una suerte de protocolo secreto en el que estarían las “verdaderas” y demoníacas líneas económicas que el candidato Capriles Radonsky pondría en práctica en su gobierno; qué casualidad, un político también de ascendencia judía.
Debo confesar que la jugada me pareció bien tonta. No le ví ningún punch, políticamente hablando. No obstante, empecé a hacerme las consabidas preguntas de manual. ¿Qué pretende con esa “denuncia”? ¿Qué lo mueve? ¿Cuál es la “maldad” detrás de todo esto? ¿Qué pasó aquí? ¿A quién sirve?  ¿acaso no son el chavismo anzoatiguense y el nacional, los que vienen persiguiendo a De Lima por traición y hasta un juicio le montaron? ¿Por qué un hombre que está dedicado a su profesión y a negocios de importación sale de la relegación política y salta a la palestra pública a través de todos los medios del estado para hacer un planteamiento tan de poca entidad, insustancial, basado en papeles falsos de toda falsedad, por decir lo menos? ¿o es que ha sido sorprendido en su buena fe?
Hasta ayer nomás pude ver por dónde venían los tiros. Al fin comprendí.
El déspota que nos gobierna, en sus desvaríos y desesperación, enarboló los fulanos “Protocolos de Sión” de David de Lima. Este dirá, con seguridad, que nada tiene que ver Chávez con su denuncia. Que las acusaciones de su conchupancia con la “Ojrana” chavista son infundadas. Que el malsano chisme que corre por ahí de que participa de un grupo que dirige el inefable José Vicente Rangel es un invento. Que el quid pro quo tiene que ver con los juicios que le siguen. Que si él, al final, se decanta por apoyar a Chávez (escríbanlo que así será), no es porque es chavista, sino que bla …bla…bla.
De Lima está en su derecho de optar por la opción política que más le convenga. Y no seremos nosotros los que se lo desconozcamos. Volver al redil de sus perseguidores es uno. Y no estoy diciendo que adolezca del síndrome de Estocolmo, como algunos malhablados afirman. Allá él con su conciencia.    
Pero lo más cierto de todo es que el esfuerzo y el dineral de todos los venezolanos que está despilfarrando el gobierno para golpear con sus triquiñuelas de baja estofa la candidatura de Capriles, serán en vano. La debacle electoral para el gobierno se perfila nítidamente a medida que pasan los días. Muchos están calculando mal, se darán tremendo leñazo. Ninguna marramucia de última hora será eficaz.
Y con el nuevo gobierno, no te preocupes, David; a pesar de tus “Protocolos”, no serás acosado como en éste.
EMILIO NOUEL V.

  



  

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