miércoles, 26 de septiembre de 2012


HENRIQUE CAPRILES: PROSPERIDAD,

SEGURIDAD Y PAZ


Una fuerza social y política impregnada de frescura y voluntad indoblegable se está abriendo paso hacia la nueva Venezuela que más temprano que tarde se instalará. Y no habrá poder que pueda impedirlo. Así lo vemos y sentimos  a medida que pasan los días y nos acercamos a una fecha tan decisiva como la del 7O.
A la dirigencia roja le bastó poco más de una década para su amortización, carcomida por una ideología demencial y una incompetencia congénita.  
De cara a su derrota próxima, el gobierno venezolano ha recurrido a lo peor de su repertorio de acciones y discursos. Sólo le ha ido quedando el recurso a la infamia, el miedo y los dineros del erario público que ha utilizado de la manera más descarada y repugnante.
Sin embargo, de nada le ha valido tal proceder ayuno de escrúpulos y plagado de arbitrariedades.
El candidato retador del déspota que gobierna a Venezuela, ha seguido su ascendente camino al triunfo, reuniendo en torno a él las más disímiles voluntades, congregadas en una unidad que maduró a lo largo de un proceso difícil pero fructífero; todas ellas identificadas con el rescate de la democracia, la separación y autonomía de los poderes públicos, las más amplias libertades, la descentralización político-administrativa y la apertura a las modernas corrientes económicas del mundo de hoy.
Henrique Capriles se convirtió en el líder de una fuerza social y política que durante los ignominiosos años recientes se ha negado a arrodillarse ante el autoritarismo militarista. Es el que ha logrado encarnar los ideales de democracia y libertad sembrados por años en la mente y el corazón de los venezolanos, en la actualidad pisoteados por quienes nos gobiernan.
Es la cabeza de un vasto movimiento que ha sufrido los embates de las más perniciosas políticas económicas y sociales. Capriles es hoy quien está conduciendo con tino el vasto rechazo a una ejecutoria gubernamental que ha demolido las instituciones, arruinado a empresas privadas y públicas y hundido al país en la más grande corrupción administrativa y el abandono moral.
Pero Capriles es también el candidato de los anhelos de prosperidad y bienestar de quienes han estado al margen del desarrollo. Él representa las posibilidades ciertas de acceso mayoritario a los bienes educativos, científicos y tecnológicos, requeridos, hoy más que nunca, para elevar los niveles de vida de la población, para que ésta no siga dependiendo de las limosnas de un Estado paternalista. Sus ejecutorias gubernamentales lo avalan.
La necesidad perentoria de insertarse en la globalidad con inteligencia y  preservando los intereses nacionales, tiene en el candidato de las fuerzas democráticas un sólido puntal. Con él, las inversiones internacionales contarán con la seguridad y estabilidad que requieran los negocios, de modo que el objetivo de creación de mayores empleos productivos se alcance. En atención a éste, igualmente, será estimulado el comercio de importación y exportación, en el marco amplio de la interdependencia económica que caracteriza el presente.
El país, no hay duda, ha despertado de una pesadilla que nunca debimos experimentar. Basta ver las enormes y emotivas concentraciones públicas que a lo largo y ancho del territorio nacional se han venido dando en apoyo de las propuestas programáticas del candidato de la unidad democrática.
Estamos convencidos de que de la falta de credibilidad y del desprestigio internacional de los últimos tiempos, Venezuela pasará a recobrar el alto aprecio que siempre gozó en la comunidad internacional.
Henrique Capriles ha interpretado cabalmente el sueño de progreso, bienestar material y realce moral que mueve a la mayoría nacional.
Más allá de la elección queda un camino largo y dificultoso por recorrer, sin olvidar que tenemos de inmediato las muy importantes elecciones regionales. Los estropicios del gobierno actual no son pocos. Las amenazas a las libertades y a la democracia seguirán latentes. Los esfuerzos por mantener la gobernabilidad deberán ser ingentes. Requeriremos de la cooperación y del apoyo de factores dentro y fuera del país.
Afortunadamente, contamos con una unidad de fuerzas políticas que tienen claro lo que hay que hacer. También con una sociedad que en su búsqueda de un mejor país,  no permitirá que desviemos el rumbo ya trazado.

EMILIO NOUEL V.

@ENouelV

emilio.nouel@gmail.com



miércoles, 19 de septiembre de 2012


EL DOBLE DISCURSO

Que ningún político venezolano o extranjero venga a decirnos ahora que nunca ha recibido aportes, donaciones o colaboraciones monetarias o en especie de personas naturales o empresas privadas para su actividad política en general y las campañas electorales en particular.
Ni en nuestro país ni en la Conchinchina el financiamiento político ha carecido de apoyo de los particulares. El que diga lo contrario es un farsante, un hipócrita.
A menos que sea un millonario, el político requiere de contribuciones de otros para su labor proselitista. Un partido no se levanta sin dinero, una elección no se puede enfrentar sin disponer de recursos suficientes. Mucho menos cuando no hay financiamiento acordado por el Estado.
Es por ello que nos resulta insólito que los dirigentes chavistas, que no se han caracterizado precisamente por ser escrupulosos a la hora de echar mano de los recursos del Estado para sus actividades políticas, vengan ahora a rasgarse las vestiduras frente al caso del diputado Juan Carlos Caldera.
El doble discurso y la impostura en este tema saltan a la vista.
Obviamente, todo el tinglado que ha montado el gobierno con el video de Caldera no tiene nada que ver con lo legal ni siquiera con lo ético. Ambos valores son despreciados por los chavistas, los pisotean a diario. Está directamente vinculado con el descalabro de la candidatura de Chávez al final de campaña electoral. No pueden ocultar su desespero.
A nadie escapa que en el Comando Carabobo cunde el pánico. La derrota la tiene su candidato pintada en la frente. Ya admiten en privado la debacle que se les viene encima.  
De allí que se hayan valido en los últimos días de las más repugnantes marramucias para perjudicar la candidatura de Capriles, que luce ganadora. Una de las facciones que se disputa a muerte el control del chavismo ha urdido perversas triquiñuelas de la más baja estofa, utilizando personajes resentidos, desacreditados, sin apoyo popular alguno y que se dicen de oposición, para dar una impresión de división en esta última. Han llegado hasta la perversidad de forjar documentos atribuyendo su autoría a la Mesa Unitaria Democrática. Todo, por supuesto, “aliño” mediante.
La investigación que se ha abierto en la Asamblea contra el diputado Caldera por unos hechos que no revisten carácter delictivo es una muestra del doble discurso que identifica a los chavistas. Sobre todo cuando hemos visto que múltiples denuncias documentadas, irregularidades y delitos flagrantes, que sí ameritarían averiguación parlamentaria, no han sido atendidos, simplemente porque en ellos están envueltos funcionarios del gobierno y sus socios de la corrupción.
¿Por qué no se ha investigado el desastre que dejó El Magnate de El Furrial en la gobernación de Miranda? ¿Qué pasó con el llamado Pudreval? ¿Por qué nada dicen de los negociados que se hicieron con las emisiones de bonos de república? ¿Qué investigaron sobre las contrataciones irregulares de PDVSA?  ¿Quiénes se llevaron la comisión ilegal con la compra de barcos españoles?
Estos son solo algunos casos de los miles que han cometido los corruptos de este gobierno durante 14 años, y frente a los cuales la mayoría de los diputados oficialistas no han tomado ninguna acción.
Que no vengan entonces a presentarse ahora como vestales ultrajadas los cómplices de tanta vagabundería. Que no vengan a mostrarse hipócritamente escandalizados por un video que no muestra más que una entrega de dinero.
Albergamos la esperanza de que la impunidad frente a la corrupción y el crimen, que instalaron en la sociedad venezolana quienes nos desgobiernan hoy, empiece a ser erradicada pronto. Los políticos delincuentes y sus encubridores están ya identificados por el pueblo y serán castigados con el voto el 7O. A los tribunales corresponderá la tarea de sancionarlos.
A los impostores, embusteros e hipócritas de la política que han estado destruyendo a nuestro país en los últimos tiempos, sólo les queda la relegación al rincón del olvido, por indignos.
Una nueva generación de políticos viene para el relevo liderada por Henrique Capriles Radonsky, cuya posición frente a cualquier desliz o manifestación poco clara, ha sido demostrada de manera contundente en días pasados. Actitud ésta, por cierto, que contrasta con la encubridora de irregularidades del presidente de la República.  
La recuperación de la democracia, de las libertades plenas, la descentralización y la pulcritud en el manejo de los dineros públicos, se abre paso con ímpetu, confianza y transparencia. Vienen tiempos en que el diálogo enriquecedor, los consensos, equilibrios y contrapesos jugarán un papel decisivo. Pero sobre todo, unos tiempos en que el doble discurso sea combatido y la impunidad se reduzca a su mínima expresión, en aras de los más altos intereses de Nación.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com

miércoles, 12 de septiembre de 2012


                             LOS ALCAHUETES

                     

Desde que por vez primera el gobierno autoritario y militar de Venezuela comenzó a atacar a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA y a la Corte, dijimos que lo hacía no sólo porque tales entes hayan investigado o condenado a nuestro país en unos cuantos casos, sino porque, principalmente, en el fondo de tal conducta subyacía -subyace- una concepción ideológica que rechaza, por principio, las atribuciones supraestatales conferidas a tales organismos.
Todo lo que tenga que ver con la reducción de la soberanía de los Estados, concebida de manera absoluta, es anatema para quienes gobiernan a Venezuela hoy. No importa si se trata de la vigencia y garantía de los derechos humanos, considerados, al menos en el mundo occidental, como valores universales por encima de las fronteras político-territoriales, o de los temas de la integración a la economía global.
Esa concepción obsoleta la hemos visto reflejada incluso en sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, que rechazan las decisiones de aquellas jurisdicciones internacionales, invocando, como argumento, que son inejecutables.
Para el poder actual en Venezuela, los avances de la normativa alcanzados en el siglo XX en el Derecho Internacional, particularmente, en materia de supranacionalidad o de DDHH, serían despropósitos que conspiran contra la autonomía de los países.
La visión de que el ser humano es uno, a pesar de las diferencias de nacionalidad, culturales o étnicas, con derechos universales instituidos por los tratados que crean organismos internacionales que los preservan, no se acomoda a la ideología de quienes gobiernan a Venezuela. 
Para éstos, los individuos y sus derechos inalienables están por debajo de los Estados, y nada que los salvaguarde más allá de las fronteras podría imponerse a los gobiernos. El derecho y los órganos del Estado nacional están antes que los derechos humanos y las instituciones que consagran y aplican las normas internacionales. De allí que deban ser puestos de lado.
Esa visión demodé, en lo político, viene como anillo al dedo a los gobernantes autoritarios. Les permite sustraerse a instancias que pueden castigar sus violaciones y desafueros. Los tiranos siempre suelen echar mano de esa concepción absoluta de soberanía para así librarse de la persecución de los órganos con competencia internacional.
Cuando el gobierno venezolano denuncia la Convención Americana de los Derechos Humanos y se excluye del sistema de protección establecido en ella, está actuando conforme a esa perspectiva ideológica.

                                    

Que para ello utilice subterfugios ridículos y de conveniencia, como el esgrimido por el inefable embajador de Venezuela en la OEA, Roy Chaderton, “quitarse el yugo imperialista”, no quita que en el fondo se está haciendo lo que la ideología manda y las circunstancias políticas imponen.
Mantenerse en el poder a como dé lugar para implantar su demencial sistema de gobierno, es la prioridad de Chávez. Su falta de escrúpulos lo conduce a hacer lo que más le conviene, y quién sabe con qué objetivos coyunturales- electorales. La elección del 7O será muy tensa, y ya estamos viendo la violencia que está generando el chavismo.
Hasta ahora se han oído algunas voces del hemisferio pidiendo diplomáticamente al gobierno la reconsideración de la medida tomada. Todos la lamentan. Pero ninguna, obviamente, puede subrayar la gravedad del asunto.
Llama la atención de forma escandalosa, sobre todo, la actitud alcahuete de los gobiernos de Mercosur. No sólo porque sean, en su mayoría, amigos de Chávez; sino porque esas fuerzas políticas deben mucho al sistema internacional de protección de los derechos humanos. No pocas situaciones aberrantes sucedidas en esos países tuvieron en ese sistema una vía para la denuncia y para el enjuiciamiento de los perpetradores de crímenes de lesa humanidad.
¿Qué pasa entonces que no hay pronunciamiento alguno de esos gobiernos sobre el inconstitucional paso dado por Chávez?
¿Acaso no forma parte del entramado institucional de Mercosur toda la normativa internacional sobre los derechos humanos?
De nuevo el realismo pérfido del que nos hablaba Octavio Paz alguna vez, se impone. Los venezolanos demócratas y defensores del sistema de garantías de los derechos humanos,tomaremos debida nota, pero no olvidaremos ese silencio cómplice y ominoso.

EMILIO NOUEL V.

@ENouelV

Email: emilio.nouel@gmail.com

lunes, 10 de septiembre de 2012


                                 ¡HASTA AQUÍ TE TRAJO EL RIO¡

    
 
Sin duda, en la presente campaña electoral, y a menos de un mes de la elección, el presidente ha pretendido hacernos ver, infructuosamente, una Venezuela de ensoñación que no puede tener otro origen que la desconexión con la realidad que padece y los embustes que le meten sus colaboradores. El colosal fracaso gubernamental está a la vista, el contraste con aquella visión falsa de bienestar y prosperidad es notorio.
Las fracturas y goteras del andamiaje del Estado se han multiplicado y extendido gracias a una gestión administrativa sombría, que ya muestra signos alarmantes de fatiga, de pérdida de control de la situación, y que no da para más.
El de Chávez se ha ganado el sitial de ser el peor gobierno que ha tenido Venezuela, apreciación que se hace más patente cuando se piensa en la montaña de recursos financieros que ha percibido.
A punta de derroche y corrupción, Chávez inunda al país de dinero y de dádivas al ver que sus días están contados. La obsesión por mantenerse en el poder a toda costa lo está llevando a decir las mentiras más estrambóticas y a seguir ofreciendo los más fantasiosos proyectos, sin mencionar los últimos desvaríos en materia retórica que evidencian serios desequilibrios emocionales. Como si los que lo oímos fuéramos imbéciles y ciegos. Como si ese ritornello de ajadas promesas, todas defraudadas, fuera inédito en estos 14 años de despropósitos. Como si su incompetencia no hubiese sido manifiesta.
Despilfarró las mejores oportunidades y con el agua al cuello quiere enamorar al electorado remitiendo las soluciones, como ocurre con todo gobernante autoritario, a un futuro que nunca llega, y en este caso, tampoco llegará porque deberá irse removido por los votos de una mayoría harta de tanta vagabundería y chapuza.
El pueblo más sencillo y el que no lo es tanto creyó en su momento que representaría un cambio para bien, pero los pobres resultados  están a la vista. Se pretendió desfigurar a un país con el miedo, alimentando odios, imponiendo consignas vacías y gobernar con burdas mentiras, y se encontraron con una fuerte resistencia democrática.
De seguir Chávez en el poder, tendríamos garantizada la destrucción, la violencia y el caos social. Basta ver el descalabro de todo lo que ha emprendido. Un rey Midas al revés. Ha sido un gobierno devastador y corrompido. No ha sido peor el resultado gracias al chorro de dólares que ingresa por petróleo, que da una sensación falsa de bienestar, pero sustentada en pies de barro.
En su afán reeleccionista, Chávez hace los ataques más destemplados y desconsiderados hacia un contendor que ha demostrado su altura moral y decencia. No halla ya qué hacer para impedir la victoria de la oposición. Compra conciencias, encuestas y medios con los dineros públicos. Agónicamente trata de enamorar a la clase media y hasta a los ricos. Forja documentos al estilo de los Protocolos de los sabios de Sión y busca a personajes de la picaresca política para su difusión. Fomenta el enfrentamiento violento, profiere amenazas e infunde miedo en los votantes. Agotado su discurso decadente, solo da bandazos, y no le ha quedado otro recurso que atacar la propuesta programática de Capriles, con la única arma que tiene: la mentira. 
Pero haga lo que haga, hasta aquí lo trajo el río, y una evidencia adicional de que así será, es la descomposición interna de la fuerzas  políticas que lo apoyan, las cuales se debaten en una guerra a muerte entre irreconciliables facciones militares y civiles.
El gobierno entrante deberá enfrentar esta herencia funesta con determinación política, transparencia democrática y habilidad técnica. 
No podemos darnos el lujo de equivocaciones ni improvisaciones. Lo que nos espera es serio y exigente. Afortunadamente, de voluntad y soluciones no carecemos las fuerzas democráticas que conforman la unidad. Tampoco de líderes, en primer lugar, Henrique Capriles Radonsky.
Sólo esperamos que los perdedores se comporten como lo exigen los cánones de la convivencia democrática. Que sepan que el mundo estará volcado viendo lo que suceda en nuestro país. De modo que aquellos que no tienen vocación democrática, que vayan apartando de sus mentes cualquier locura. Las aventuras inconstitucionales no van a pasar, porque el pueblo y la comunidad internacional no lo tolerarán.
En Venezuela se juegan cosas muy importantes, cuyas incidencias trascienden las fronteras patrias. El dilema entre un sistema de libertades democráticas y otro de retroceso autoritario militarista. El desenlace de este enfrentamiento electoral no dejará indiferente a nadie en el hemisferio. La dinámica internacional en la región será otra; para bien, por supuesto.
Un nuevo horizonte se abre para la prosperidad y el bienestar de Venezuela.  El 7 de octubre marcará el primer paso que enterrará la ignominiosa administración gubernamental actual y significará, como esperamos, la recuperación plena del estado de derecho y la libertad.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV     


martes, 4 de septiembre de 2012


                                 ¿BRICS VS MIST?

                                

Como venezolano, no dejamos de sentir envidia ante los grandes logros de muchos países pequeños y medianos que se han encaminado por la senda de la prosperidad, desechando modelos económicos probadamente fracasados.
Mucho se ha escrito sobre las experiencias de desarrollo relativamente exitosas de algunos países emergentes, de esos que antes llamaban subdesarrollados. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), los Tigres Asiáticos (Taiwan, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur), Turquía, Paquistán, Chile y Vietnam han sido, entre otros, objeto de análisis profundos de los especialistas.
Son todos ellos países que hace varias décadas los teóricos de la dependencia llamaban también periféricos. Estos economistas de izquierda los condenaban a permanecer en el subdesarrollo y la pobreza, a menos que cortaran los lazos con los países centrales capitalistas y emprendieran un proceso de transformación de corte socialista en que, obviamente, el Estado tomara la batuta de una economía que debía concentrarse en el desarrollo endógeno. La ideología tercermundista y el movimiento de los no alineados adoptaron los principios de esta teoría, en la que habían dos tendencias. Por un lado, los moderados: Prebisch, Furtado y Cardoso, y por otro, los leninistas: Gunder Frank, Dos Santos, Amin, entre otros; aunque ambas corrientes coincidían en los planteamientos de base.
Hoy, dejada la dependentología en el baúl de los recuerdos, lo cierto es que esos países, que supuestamente no levantarían cabeza si seguían dependiendo del capitalismo central, por contra, han venido superando sus deficiencias estructurales y se han insertado con latos niveles de competitividad en la economía de mercado mundial, sin necesidad de romper los vínculos con los desalmados países imperialistas. Incluso, han logrado suprimir gran parte de la pobreza y procrear una clase media pujante, todo en el marco del denostado capitalismo global.
Brasil e India, por ejemplo, se han convertido en potencias económicas medianas, cuya presencia en el mundo tiene un peso específico creciente. Ni hablar de los Tigres Asiáticos cuyas performances son admiradas por muchos, Singapur a la cabeza.
Así, los BRICS han alcanzado una especial relevancia no sólo en cuanto a la materia económica. Estos 5 países ya dejaron de ser emergentes porque ya emergieron. Se han convertido en un factor político a considerar a la hora de la valoración de las correlaciones de fuerza en el ámbito internacional. Brasil es un hegemón en Sudamérica; China en el Pacífico y Rusia en Eurasia. Su participación destacada y activa en instancias u organizaciones como el G20 y la OMC, reflejan el estatus alcanzado.
En el Índice Elcano de presencia global correspondiente al año 2011, los BRICS han ascendido en el ranking, especialmente, China y Rusia.
Pero en este aventajado sitial político-económico no están solas estas nuevas potencias.  Aparece un nuevo grupo de países, cuya denominación empieza a ser conocida por las siglas MIST. Son ellos México, Indonesia, Sur Corea y Turquía.  
Los mexicanos, particularmente, están haciendo sombra a los brasileños y chinos en el mercado norteamericano. La ralentización esperada de los BRICS está abriendo mayores oportunidades a este país. China, que compite en el mercado estadounidense en detrimento de México, ya no es tan competitiva como antes. Sus productos no son tan baratos por razones cambiarias y salariales. La cercanía con EEUU coloca también a México en mejor posición que Brasil, cuya economía empieza a bajar su ritmo de crecimiento.
La expansión de los MIST es un hecho innegable, que contrasta con el bajo crecimiento que, según los pronósticos, experimentarán los BRICS, economías que también serán muy afectadas por la gran crisis europea. Obviamente,  a las naciones del MIST les queda mucho camino por recorrer.
Estas perspectivas hacen que los inversionistas volteen su mirada a los países emergentes ubicados en la segunda posición de la escala. El avance de éstos en el ciclo que se inicia dependerá de lo que hagan los BRICS para mantener su atractivo.
En un entorno tan competitivo y complejo como el que vive la economía global, Venezuela deberá echar adelante políticas que le permitan recuperar el tiempo perdido, y sentar las bases para una economía diversificada que la integre al mundo en condiciones beneficiosas para su población, hoy aquejada de graves problemas sociales.
En el grupo de potencias emergentes, figuran dos del entorno latinoamericano, frente a  las cuales  se imponen definiciones claras en nuestras relaciones comerciales futuras. Además, hay otra extrahemisférica, China, que ha adquirido una presencia significativa por sus inversiones, préstamos e intercambio comercial.
Las implicaciones que tiene la dinámica generada por estos  actores en nuestro espacio regional no son sólo crematísticas.   
El nuevo gobierno venezolano, siendo realista, deberá hilar fino  ante estas realidades, sobre todo si pensamos en los compromisos existentes y los esquemas de integración regional, bastante menguados en su funcionamiento y ahora mediatizados por la ideología, cuyo futuro no luce muy promisorio si no retoma ciertos aspectos fundamentales relegados, si no restablece la institucionalidad y si no se adecúa a las nuevas circunstancias de la economía planetaria.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV

                     LOS “PROTOCOLOS" DE DAVID DE LIMA


                                              

La extravagante "denuncia" de David de Lima en estos días de recta final de campaña electoral, nos hizo recordar uno de los episodios más repugnantes de la historia política mundial. 
La forja de documentos con el propósito de endilgarle a individuos o grupos aviesas y ocultas  intenciones, tiene en los “Protocolos de los sabios de Sión” un ejemplo histórico ampliamente conocido.
En Europa, sirvió a políticos y gobiernos para acusar a los judíos de haber ideado planes de dominio del mundo.  Este documento antisemita fue publicado bajo la Rusia zarista, y con él se pretendía dar justificación a los progroms contra la población de aquella fe religiosa.
Igualmente, se afirma que los Protocolos fueron redactados por la policía secreta de aquel país, la oprobiosamente famosa Ojrana, y se inspiraban en piezas literarias de varios escritores antisemitas europeos del siglo XIX.
Según aquella policía, los Protocolos eran la prueba de que las luchas democráticas contra el Zar Nicolás II formaban parte de la conspiración judeo-masónica anunciada en ese documento. No hay que olvidar que gran parte de los dirigentes políticos que se oponían a la autocracia rusa, eran judíos. Así, acusar a éstos de todos los males pasados, presentes y futuros, era el objetivo político de la publicación antisemita.
Obviamente, en la población había vastos sectores que creían a pie juntillas en la historia fraguada por la policía; de allí la amplia difusión que tuvo el documento.
Pero no sólo en Rusia tuvo influencia. También en el resto de Europa. Se conoce más de 30 ediciones de los Protocolos, y en la Alemania previa a la llegada del nazismo y después, obviamente, también fue difundido.
Sin embargo, y a pesar de que fue demostrada la falsedad, mucha gente sigue creyendo aún hoy en la conspiración mundial judía para sojuzgar el mundo.
Guardando las distancias, vemos hoy cómo mediante un expediente parecido, se pretende falsear la realidad también en Venezuela, cambiando de protagonistas, en circunstancias distintas y en presencia de otros móviles. 
Nuestro país no podría ser la excepción, y en tiempos electorales sabemos que se desata la creatividad y los que ven nubarrones en el horizonte echan mano de cualquier recurso, así sea la burda mentira. La picaresca política criolla, sin duda, es inagotable.
Mutatis mutandi, resulta curioso que en pleno siglo XXI, una persona que tengo por inteligente, y cuyos nombre y apellido, por cierto, evocan orígenes sefardíes, salga de su confinamiento político, para publicitar un documento que, según él, sería una suerte de protocolo secreto en el que estarían las “verdaderas” y demoníacas líneas económicas que el candidato Capriles Radonsky pondría en práctica en su gobierno; qué casualidad, un político también de ascendencia judía.
Debo confesar que la jugada me pareció bien tonta. No le ví ningún punch, políticamente hablando. No obstante, empecé a hacerme las consabidas preguntas de manual. ¿Qué pretende con esa “denuncia”? ¿Qué lo mueve? ¿Cuál es la “maldad” detrás de todo esto? ¿Qué pasó aquí? ¿A quién sirve?  ¿acaso no son el chavismo anzoatiguense y el nacional, los que vienen persiguiendo a De Lima por traición y hasta un juicio le montaron? ¿Por qué un hombre que está dedicado a su profesión y a negocios de importación sale de la relegación política y salta a la palestra pública a través de todos los medios del estado para hacer un planteamiento tan de poca entidad, insustancial, basado en papeles falsos de toda falsedad, por decir lo menos? ¿o es que ha sido sorprendido en su buena fe?
Hasta ayer nomás pude ver por dónde venían los tiros. Al fin comprendí.
El déspota que nos gobierna, en sus desvaríos y desesperación, enarboló los fulanos “Protocolos de Sión” de David de Lima. Este dirá, con seguridad, que nada tiene que ver Chávez con su denuncia. Que las acusaciones de su conchupancia con la “Ojrana” chavista son infundadas. Que el malsano chisme que corre por ahí de que participa de un grupo que dirige el inefable José Vicente Rangel es un invento. Que el quid pro quo tiene que ver con los juicios que le siguen. Que si él, al final, se decanta por apoyar a Chávez (escríbanlo que así será), no es porque es chavista, sino que bla …bla…bla.
De Lima está en su derecho de optar por la opción política que más le convenga. Y no seremos nosotros los que se lo desconozcamos. Volver al redil de sus perseguidores es uno. Y no estoy diciendo que adolezca del síndrome de Estocolmo, como algunos malhablados afirman. Allá él con su conciencia.    
Pero lo más cierto de todo es que el esfuerzo y el dineral de todos los venezolanos que está despilfarrando el gobierno para golpear con sus triquiñuelas de baja estofa la candidatura de Capriles, serán en vano. La debacle electoral para el gobierno se perfila nítidamente a medida que pasan los días. Muchos están calculando mal, se darán tremendo leñazo. Ninguna marramucia de última hora será eficaz.
Y con el nuevo gobierno, no te preocupes, David; a pesar de tus “Protocolos”, no serás acosado como en éste.
EMILIO NOUEL V.