lunes, 4 de junio de 2012


ELVIA ARDALANI: De Cruz y Media Luna

De cruz y media luna te forjamos la sangre
en una noche oscura,
ancestral y callada,
donde el amor perdió la pista de la historia.
Nos amamos sin miedo,
sin culpas de otros siglos.
Cerramos la ciudad.
El portón cobrizo del deseo nos protegió los nombres.
Le amé como una hambrienta,
me amó como un sediento.
Aprendí  que en él podía ser otra,
Aprendió que en mí podía ser otro.
Depositamos la semilla sagrada
en el azul violáceo de mi vientre y esperamos en paz.
La noche del eclipse brotaste como el fuego.
Los pájaros callaron.
Él y yo nos miramos.
Hundimos los reproches de mil generaciones
en el dátil oscuro de tus ojos, en ti, recién llegado.
Yo coloqué la cruz que llevas en el pecho.
Él te puso en las manos la media luna blanca.


.................


Tu padre te enseñará a rezar
inclinando la frente sobre el suelo
sencillo y limpio de una alfombra.
Hacia el este tu cara infantil
intacta de nostalgias.
Te habré enseñado yo a arrodillarte
y a cruzar por tu rostro la señal de otra fe.
Quizás un día te venga bien
recostar tu rostro adolorido sobre el
suelo y repetir un Padre Nuestro
o arrodillarte en una iglesia y cantarle
 a Dios el Misericordioso, el Compasivo.
Se vale rezar en cualquier lengua
o no rezar.
La oración eres tú


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