domingo, 27 de marzo de 2011

LAS PRIMARIAS DE MIS TORMENTOS


En aquellos años dorados de Acción Democrática, los adecos se jactaban a los cuatro vientos de que hasta con Encarnación Rivas, portero de la casa nacional del partido, podían ganar las elecciones.

Marchaban tan seguros al triunfo electoral, que no importaba quien los representara. Bastaba con que el CEN anunciara el nombre del abanderado, para que éste ya se sintiera a las puertas de la casa de Misia Jacinta.

Ese triunfalismo, obviamente, tenía fundamento. Eran otros tiempos, el afecto y adhesión hacia AD eran aun fuertes, había suficiente bastimento en las arcas públicas y los problemas no habían alcanzado la gravedad que después de un progresivo y sostenido deterioro, se evidenció, desembocando, más tarde, en el desamor del electorado hacia todos los partidos y los políticos.

¿Qué tiene que ver este recuerdo con el debate que se libra en la oposición venezolana sobre la fecha de las primarias para elegir sus candidatos?

A mi juicio, algo, porque me parece advertir en gente de la oposición, de mi aprecio, que estuvieran asumiendo el asunto del candidato en los mismos términos que aquellos adecos, cuando piden elección del candidato ya, sin mayores consideraciones, sin calibrar si los que estén mejor posicionados reúnen o no los quilates suficientes, la madurez, la experiencia y el talento para enfrentar el enorme reto que representará un eventual gobierno de las fuerzas democráticas. Así, no importaría si hubo un tiempo razonable para madurar el liderazgo o para digerir mejor las opciones. Candidato ya¡ y el que venga atrás que arree.

Aunque a quien escribe no le simpatice mucho el método de las primarias abiertas y le llama la atención los que ven este tema como un dogma de fe para todo tiempo, lugar y condiciones, y lo prefiera para lo interno de los partidos, la matriz de opinión está creada para que ellas se realicen (las encuestas lo dicen), amen de que hay una decisión formal de todas las fuerzas políticas que es favorable a su realización. Tendremos entonces primarias, y no va a ser este simple mortal el que se ponga a cuestionarla, al menos en cuanto a candidatura presidencial se refiere.

No obstante, para nadie es secreto que la fecha (o fechas) de ese evento de la oposición democrática es causa de desencuentro entre los distintos actores. Incluso, veo que ciertos sectores andan como desesperados clamando “Primarias ya”, quién sabe porqué razones, y quizás sean muy legítimas. Otros las desean a mediados de año que viene. Hay quienes matizan diciendo que no es que las quieren ya, sino que la fecha sea decidida sin dilación. Los siempre “malpensados” dicen que hay una maniobra maléfica de políticos amortizados que busca extender los tiempos para imponer old fashionned acuerdos de los partidos. Hay algunos que dan fechas: 27 de noviembre, 4 de diciembre y 22 de Enero. En cualquier caso, a unos se les nota una vehemente impaciencia -digna de mejor causa, digo, yo- que desdeña el hecho práctico insoslayable, que unas primarias con todas las de la ley requieren de un tiempo de preparación (mínimo 6 meses) y reglas claras y consensuadas.

La Mesa de la Unidad Democrática, por su parte, ha acordado formalmente un lapso que va de fines de Noviembre a fines de Febrero de 2012.

Por allí hay un informe de expertos que dicen que deben hacerse este año, es decir, que el año entrante deberíamos amanecer con el que liderará la opción opositora frente a Chávez en las elecciones del 2012.

Los argumentos que se esgrimen para “Primarias Ya” son harto conocidos. El principal: Chávez anda en campaña, y no podemos dejarlo solo en el ring. Nuestro campeón debe salir de una vez a la palestra, porque si no es así, la debacle.

Otros opinan que no se justifica tal apuro. Que deben considerarse gastos y desgaste en que puede incurrir un candidato contendor desde ya en la calle. Por tanto, deben medirse los tiempos, buscando el momento más eficaz, oportuno y el que los churupos permitan, y que el plazo decidido por la MUD es razonable.

Pero están también, por un lado, el asunto de las reglas de juego de la contienda al interior de la oposición, y por otro, decisiones del CNE sobre las elecciones por venir, que, querámoslo o no, inciden en la fecha.

Estos son las consideraciones principales de los grupos en discordia, al menos en apariencia.

Pero detrás del empaque, hay otras realidades, a mi juicio, naturales, esperables, en todo proceso político en el que participa una pluralidad de actores, cada uno con su parecer, aspiraciones, intereses, cálculos, posicionamiento en encuestas, apoyo de poderes fácticos o grupos de opinión, etc. De modo que la fecha de las benditas primarias no es un asunto inocente. Y no puede serlo, a menos que a estas alturas de la vida creamos en avecillas encintas.

Dicho lo dicho, pareciera que lo más saludable y práctico sea que todos los que quieren ser candidatos a presidente, salgan al ruedo de una vez y no sigan escondiéndose por los rincones y declarando de manera sibilina sobre las aspiraciones que todos ya sabemos tienen. Porque lo importante es que oigamos sus ideas, sepamos más de sus condiciones personales para enfrentar la difícil tarea que se nos viene encima; que nos muestren sus talentos, que, en definitiva, nos convenzan de sus virtudes, y de porqué debemos votar por ellos en esas primarias. Con eso estaríamos en la calle desde ahora mismo.

De allí que con urgencia pidamos fechas y reglas. No soy de los que cree que con cualquier candidato vamos a ganar, simplemente porque las perspectivas aparenten ser buenas hoy para la oposición. A pesar de que presumo que lo que ocurrirá en materia de fecha de primarias no será lo que deseamos, propondría el 4 de diciembre, sin que me eche a morir porque se realicen el 22 de Enero.

EMILIO NOUEL

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