martes, 31 de agosto de 2010

EL ASESINATO DE FRANKLIN BRITO NOS AVERGÜENZA

Ayer nos enteramos del deceso lamentable del señor FRANKLIN BRITO, en huelga de hambre desde hace varios meses.
¿Por que llegó a tomar esa difícil decisión?
Por el arrebato arbitrario de su pequeña propiedad rural. Su múltiples gestiones con una burocracia presa de una ideología demencial e indolente fueron infructuosas. Nada pudo lograr en la recuperación de su patrimonio familiar. El colectivismo comunista inconstitucional del gobierno de Chávez no tiene ningún escrúpulo ni sensibilidad. No respeta las leyes, las adecua a sus fines político-ideológicos. La locura es la que nos gobierna.
Estoy seguro que más temprano que tarde la monstruosidad que han cometido con Brito la pagarán. No me cabe la menor duda. Ha sido prácticamente un asesinato, al igual que los cometidos por los tiranos de Cuba.
Él será un símbolo más de la lucha por los Derechos Humanos y las libertades económicas en nuestro país. Siempre será recordado por eso. Nuestras condolencias muy sentidas a sus familiares y paz a sus restos.

EMILIO NOUEL

sábado, 28 de agosto de 2010

UN NUEVO HORIZONTE PARA LA UNIDAD DEMOCRATICA VENEZOLANA



Hay que ser muy mezquino para no reconocer el crucial logro alcanzado por los partidos de oposición y otras organizaciones en el tema de la unidad electoral para las elecciones parlamentarias, a menos que se esté jugando otro juego.

A pesar de unos pocos descaminados que pretendieron torpedearla infructuosamente, diferentes visiones políticas e ideológicas culminaron en un acuerdo electoral en el cual algunos no tenían esperanzas.

Así las cosas, salimos adelante con candidaturas únicas, que no siendo todas del agrado de todos, los demócratas, de partidos e independientes, las apoyamos, sobre todo, porque es una grave exigencia de las circunstancias políticas de cara a las amenazas que se ciernen sobre la democracia y las libertades de las que hemos gozado en las últimas décadas.

Si fue difícil y arduo el esfuerzo de convergencia en el tema de las candidaturas, no lo es menos en la materia de campaña y su diseño.

Es natural que haya muchas opiniones, ópticas y propuestas. En el adversario esto no es un problema, el tirano decide de qué forma se hace y sus adláteres imponen a su militancia y dirigencia todo lo que tienen que hacer; para ello le sobran los recursos del Estado, que con toda impudicia utilizan.

De modo que en este campo, los encontronazos afloran naturalmente cuando son fuerzas democráticas distintas las que deben conciliarse en función de sus objetivos.

Desde la organización de campaña, el mensaje electoral, pasando por los responsables, las finanzas, hasta las consignas, todo se discute a lo interno de los partidos y desde fuera de ellos. Y cada quien quiere opinar, unos con buena intención, y otros, muy pocos, lamentablemente, con el propósito de señalar fallas de manera malsana y con objetivos políticos subalternos, deseando en el fondo el fracaso para después decir que tenían razón.

Los que creen que estos asuntos se resuelven con puro desprendimiento y disposición desinteresada, permítanme que desde mi modesta opinión, los desilusione. La política es un campo de acción humano y social muy complicado, de choque de intereses y aspiraciones, de enfoques encontrados, y de pasiones intensas, algunas muy bajas. Esto ha sido así, como decía el tango de Discépolo, “en el 506 y en el 2000 también”.

Por supuesto, que la política se ha refinado y las sociedades han ido avanzando en términos de control democrático y legal, para que los políticos no se desmadren; pero en lo sustantivo aquellos intereses y pasiones siguen allí. Por eso hay que vigilarlos y controlarlos permanentemente. Sólo del debate y la competencia pueden salir los equilibrios y consensos.

Pero volviendo a lo que nos ocupa en estas líneas, la Unidad democrática alcanzada es una conquista que nos permitirá avanzar en la contención del totalitarismo colectivista que nos amenaza. Aspiramos a obtener una mayoría que frene los grandes perjuicios causados a las instituciones, la economía y la paz del país. Tenemos la esperanza de que podamos derogar y enderezar las leyes disparatadas y dañinas que han sido aprobadas, así como sancionar otras muy necesarias. Y algo fundamental, ejercer constitucionalmente el contrapeso al poder ejecutivo, controlando y vigilando sus ejecutorias. Si obtuviéramos la máxima aspiración de lograr la mayoría en la Asamblea, las cosas en nuestra patria se enrumbarán por otros derroteros, que seguirán siendo difíciles aún, pero habremos dado un gran paso en la recuperación de la democracia. En la hipótesis de que esa mayoría no fuera lograda, estamos seguros que el número de diputados será muy importante, lo cual constituirá igualmente un crucial paso, y por ningún respecto una derrota, sobre todo, si pensamos en que estamos partiendo prácticamente de cero. El mundo no se acaba en septiembre.

Mucho se ha hablado de las triquiñuelas de que se ha valido el gobierno para sacar más diputados en las regiones de menor población en que él cree tener mayores posibilidades electorales, restando el número de ellos en las circunscripciones más populosas. Es una desventaja con la que tenemos que contar, sin mencionar el abuso en la utilización de los dineros públicos que tendrá lugar, frente a una Contraloría y un CNE parcializados con el oficialismo.

Iniciada la campaña, este opinador se siente muy optimista. Si las cosas las hacemos bien, si la estrategia unitaria aprobada se ejecuta y afirma (ya no hay tiempo para estar inventando mucho, es un solo mes), si focalizamos y hacemos esfuerzos mayores en las circunscripciones donde es necesario dar un no muy grande salto cuantitativo, el resultado será el que todos queremos que se de.

Con seguridad avanzaremos, debemos tener claro que ésta no es la confrontación final, y el que tenga más resistencia es el que triunfará.

EMILIO NOUEL V.

sábado, 21 de agosto de 2010

LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA TRANSITA OTROS CAMINOS


Hace poco en San Juan, Argentina, tuvo lugar una reunión de Mercosur a la que se le dio una relevancia mayor de la que en realidad tenía, sobre todo, si pensamos en los temas que fueron tratados, de naturaleza técnico-comercial, y que sólo interesan a los países miembros. La relevancia dada, más bien, se derivó del momento político que está viviendo la región, y del interés que tiene Brasil de seguir presentándose ante el mundo como el gallo indiscutido del patio.

Allí, como siempre, la retórica integracionista y latinoamericanista se impuso como ofrenda obligada ante el altar de la llamada “Patria grande” que no termina de concretarse, y que quizás, por lo vientos de globalización que han soplado y soplarán, no se consiga nunca.

Los discursos unitarios, golpes de pecho incluidos, las referencias a identidades colectivas imposibles y a las supuestas amenazas comunes no faltaron. Tampoco las evocaciones rituales a los próceres del pasado, que para algunos siguen, cual zombies, caminando por América Latina, pero, ahora, repartiendo guita.

MERCOSUR, con independencia del gran mercado que ha logrado levantar entre sus miembros, principalmente los grandes, Brasil y Argentina, es un proceso estancado en términos de la doctrina convencional sobre la integración económica. Y esto no podía ser de otra manera. Los países mercosurianos, individualmente considerados, siempre quisieron mantener el poder sobre el proceso, de manera que pudieran determinar el ritmo o la profundización de aquel, de conformidad con las conveniencias y humores de cada uno de ellos. Es un esquema, no se puede negar, que está más cercano a la cooperación intergubernamental que a la integración. En esto se diferencia de la Unión Europea y de la CAN.

El diseño que se implantó, muy pragmático y flexible, nunca persiguió la creación de un mercado único con instituciones supranacionales independientes y autónomas que tuvieran poder normativo, competencias sobre las políticas económicas y financieras de los Estados miembros o capacidad para dirimir las diferencias entre ellos, mediante sentencias de obligatorio cumplimiento. Éstas las resuelven de forma bilateral, no a través de órganos multilaterales con poder. No hay un órgano superior para zanjar las diferencias.

De esta manera, si a Argentina se le ocurre cerrar la entrada de productos brasileños, co mo ha ocurrido, infringiendo las normas establecidas por el bloque comercial, por considerar que afecta a sus productores, el impasse lo resolverán los 2 países involucrados, a menos que ambos consientan en un arbitraje.

La institucionalidad de MERCOSUR es, sin duda, precaria en términos de integración económica.

En cualquier caso, y no hay que olvidarlo, en lo político, ese bloque, como dijo una vez Fernando Henrique Cardoso, es hijo de la democracia, un elemento, sin duda, de crucial importancia.

En la reunión reciente, entre otras cuestiones, se acordó un Código Aduanero y la eliminación del cobro doble de arancel y el arancel externo común. Se tocaron temas políticos regionales también, aunque tangencialmente, como el de las relaciones Colombo-Venezolanas. Aún no entrarán en vigencia estas decisiones, deberán ser aprobadas por los parlamentos de los países miembros, evidenciándose el papel determinante de los Estados en el esquema comercial. Con poderes supranacionales, la normativa entraría en vigencia automáticamente, y esa aprobación parlamentaria no sería necesaria.

En el futuro, el esquema de MERCOSUR, dada su naturaleza, podría ser reversible en cualquier momento, en tanto que institución de “integración”, aunque las corrientes comerciales no necesariamente se detengan.

Por otro lado, no hay que olvidar el rol que Brasil, potencia mundial emergente, jugará en ese futuro. Este país se ha abierto a otros horizontes que trascienden el patio suramericano. MERCOSUR ha sido una plataforma ideal para su proyección regional y mundial. Está por verse hasta cuándo le servirá a sus planes hegemónicos.

Pero si nos vamos más allá, al contexto global, cuya interdependencia creciente y en ascenso es una realidad contundente e irrebatible, vale la pena preguntarse si MERCOSUR o cualquier otro esquema de integración de Latinoamérica sigue siendo viable en este mundo cada vez más interconectado.

Latinoamérica ha perdido, más bien, desperdiciado, muchas oportunidades mientras la globalización aun no había llegado a las dimensiones de hoy. A estas alturas, pareciera que ya no es viable ni conveniente la instauración de bloques de integración parcelados, cerrados o excluyentes. Esa “Patria grande” que tanto se ha buscado, parece que terminará diluyéndose en la gran patria planetaria. Sólo en nombre de ideologías anacrónicas, mitos arraigados o inalcanzables identidades colectivas es posible mantener esta posición inútil.

No es aventurado avizorar, desde ya, el final de los regímenes de integración existentes en nuestra región, en un plazo no muy largo. Su disolución inexorable es sólo cuestión de tiempo. La realidad está caminando por vías diferentes y a velocidades asombrosas; otras fórmulas no excluyentes ni cerradas, se asoman con ímpetu en el horizonte cercano. Lo que está ocurriendo en las organizaciones económicas internacionales del Pacífico nos dice mucho al respecto, y en esa área estará en pocas décadas el centro del mundo. El que se cierre a aquellas vías novedosas de interdependencia, será marginado, o en el peor de los casos, arrastrado por el tsunami globalizador.

EMILIO NOUEL V.

miércoles, 11 de agosto de 2010

ACUERDO SANTOS-CHÁVEZ: PRECAUCION Y MODERACIÓN


"Ese man es un loco. Se bajó a saludar a todo mundo y lo primero que dijo fue èste es mi pueblo colombiano'
poblador de Santa marta


Olvidados los innumerables insultos proferidos por Chávez contra Uribe, y en especial contra su ministro Santos -sobre cuya posibilidad de llegada a la Presidencia llegó a decir que significaría la guerra-, el presidente venezolano arribó a Santa Marta para acordarse con el flamante mandatario colombiano, a apenas 5 días de su toma de posesión.
¿Qué lleva a Chávez a olvidarse de todo el enfrentamiento enconado anterior y a asumir un compromiso por ahora mínimo con Santos, que implica el restablecimiento de las relaciones bilaterales? ¿La paz por la paz misma o porque le conviene?
 ¿el mantenerse en el poder a como de lugar? ¿En qué contexto regional se produce este encuentro? ¿Cuál es la situación política y económica en Venezuela? ¿Qué nos depara el futuro de las relaciones bilaterales colombo-venezolanas?
Éstas, entre otras interrogantes, son las principales que nos hacemos los observadores de estos asuntos tan importantes para nuestras naciones.
¿Por qué Chávez da este paso?
 
En este cambio de actitud, de supuesta vuelta a la cordura, de engavetamiento de la retórica guerrerista, incursionamos en un campo vasto de conjeturas, que va de las razones económicas, pasando por las políticas, internacionales y psiquiátricas, hasta las esotéricas (inspiración divina o como dice nuestro amigo, Rodrigo Agudo, de una revelación al momento de la exhumación de los restos de Bolívar)
 
Estoy convencido de que las denuncias contra Chávez en la OEA y luego la demanda a última hora del abogado de Uribe ante la Corte Penal Internacional y la Comisión Interamericana de los DDHH, si bien son elementos generadores de opinión contraria a Chávez que deben ser considerados en todo el cuadro, no constituyen causa fundamental del cambio de conducta de Chávez ante Colombia. No tienen la suficiente contundencia ni fuerza determinante o conminatoria para producir tal resultado. Los tiros van por otro lado. 
¿Qué tipo de presiones o condicionamientos está recibiendo? ¿De quien o quienes? ¿Son nacionales o internacionales, o ambas?
 
Contexto regional
 
Sin duda, los ánimos en el patio hemisférico respecto de Chávez, no son los mejores, a pesar de que cuenta con gobiernos aliados y/o apéndices.
El ambiente regional no pareciera tan favorable como en otros tiempos. Las mismas torpezas del gobierno venezolano, sus amenazas y paranoia ya cansan y alarman a sus amigos, sin hablar de los que no lo son. Sus “amistades peligrosas” en el mundo y sus vínculos con grupos acusados de terroristas, paulatinamente han venido revelando la naturaleza verdadera del régimen venezolano, el que hasta hace poco gozaba del beneficio de la duda en importantes ámbitos políticos mundiales.
Por otro lado, desde EEUU o la Unión Europea observamos unos movimientos, a veces solapados o imperceptibles al común, que apuntan a buscar un aislamiento cada vez mayor del gobierno de Chávez o a lograr la minimización de su influencia, sin que esto signifique un interés de intervenir en nuestro país. 
Es de interés de Brasil, dada su conducta de potencia emergente, también “encarrilar” a este socio incómodo que le reporta no pocos beneficios a las empresas brasileñas. 
Por otro lado, los países de la región, dados sus resultados económicos satisfactorios, no parecieran estar necesitando tanto de los cada vez más escasos petrodólares venezolanos. Ya Venezuela no representa lo que en años anteriores, está en crisis.
Hasta ahora, el acuerdo suscrito entre ambos presidentes ha sido celebrado por Francia, Brasil, OEA, y UNASUR. 
 
Situación venezolana
 
La situación económica nacional no puede ser más comprometida. Las empresas estatales están en un profundo deterioro, paralizadas unas, y otras en franco declive. La situación financiera y operativa de la empresa de la que dependemos todos, PDVSA, es deplorable.
El daño que se ha infligido a la empresa privada acogotada por controles aberrantes, confiscaciones, persecuciones, incompetencia gubernamental y políticas desestimulantes, es enorme; su recuperación requerirá de grandes esfuerzos y sacrificios cuando todo esto pase.
La inflación, el desabastecimiento y el desempleo son las consecuencias naturales de esta deriva enloquecida.
Por otro lado, el fracaso estruendoso en materia de seguridad pública y en oferta y garantía de servicios públicos, hace patente que quienes están en Miraflores no tienen la menor idea de gobernar eficazmente. La crisis de electricidad está viva y coleando.
Así, el desencanto político de vastos sectores populares que apostaron a las promesas del gobierno, se apodera paulatinamente del ambiente, y todas las encuestas serias reflejan que una mayoría pide cambio de gobierno para el 2012 y un contrapeso en la Asamblea Nacional en las próximas elecciones de septiembre.
Y los poderes fácticos nacionales ¿qué papel juegan en todo esto?
 
Futuro de las relaciones bilaterales
 
Condicionado y presionado, sin duda, desde adentro y desde afuera, Chávez llegó a Colombia a negociar un cese de las “hostilidades”.
Venezuela y Colombia deciden: "relanzar la relación bilateral, restableciendo las relaciones diplomáticas con base en un diálogo transparente, directo, respetuoso, y privilegiando la vía diplomática"
Por ahora, colombianos piden la cancelación de acreencias a favor de sus exportadores (800 millones de USD). Se convino en comenzar a establecer cuál será el régimen comercial que sustituirá el que expira el año entrante (CAN); se establece una comisión para estudiar proyectos conjuntos en materia social y otra de infraestructura fronteriza, y una comisión en materia de seguridad a través de la cual se coordinará acciones conjuntas de vigilancia en la frontera. Santos subrayó el compromiso de Chávez en relación con que no permitirá que grupos armados al margen de la ley tengan presencia en territorio venezolano

En nuestro artículo anterior (“Habrá o no un compromiso de Santos y Chávez sobre las Farc”, Venezuela Analítica, 4 de agosto de 2010) señalábamos que necesariamente debería haber un compromiso Santos/ Chávez, entre otros temas, sobre las FARC.

Será, imaginamos, la última comisión creada la que enfrente el problema de las FARC y otros grupos irregulares. Obviamente, este asunto no podía quedar por fuera, como tampoco el del comercio y la deuda señalada.

¿Cómo sale Venezuela de esta negociación? ¿Qué obtuvo?

Pareciera que lo más importante fuera que no se le siga señalando como patrocinador o cómplice de las Farc y el ELN. El énfasis en el discurso de Chávez en Santa Marta estuvo allí. ¿Habrá pedido un compromiso de parte de Santos de que no lo invadan?

En menor medida estaría el tema de la reanudación del comercio fronterizo, que, sin embargo, es un dolor de cabeza para Chávez, a pesar de que alardea que tenemos otras fuentes de suministro de alimentos.

En suma, Chávez logra, aparentemente, iniciar el cierre de uno de tantos frentes que ha abierto…por ahora.

¿Qué logra Santos? Que Chávez se comprometa a no permitir que las fuerzas narcoterroristas y violentas actúen en territorio nacional, lo cual está por verse. Además, el compromiso de acciones conjuntas de vigilancia en la frontera. Chávez ni menciona el acuerdo de “bases” militares de EEUU, que tanto denunció como amenaza a Venezuela y Suramérica. Arranca también un compromiso del pago de las deudas señaladas.

Ambos obtienen el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el respeto de las soberanías.

En Colombia, autoridades y observadores han recibido esta noticia con una complacencia cauta. No hay mucho entusiasmo, que se diga. Wait and see sería la divisa para lo sucesivo.

En Venezuela, hay más o menos la misma percepción. Son demasiadas las veces en que estos acuerdos se han derrumbado, sobre todo, hay que decirlo, por la torpeza de Chávez.

Ya se ha dicho hasta la saciedad. Ambos países estarán uno al lado del otro hasta la eternidad, y son más las razones que nos unen que las que nos separan. Mas allá de la retórica bolivariana encendida y teatral, y de las manifestaciones postizas de amor, en líneas generales, vemos como bueno el encuentro. Ojalá las relaciones se encaminen en beneficio de ambos pueblos. Pero de nuestra parte, frente a lo acordado, tenemos una perspectiva precavida y moderada. Queda por dilucidar con los arcanos el porqué Chávez hizo lo que hizo en este caso. De lo que estamos seguros es que todo lo hace por mantenerse en el poder, y si eso significara llevarse a las FARC y el ELN por el medio, lo hará.

EMILIO NOUEL V.

sábado, 7 de agosto de 2010

ELÍAS PINO ITURRIETA


"Hoy el mandón divulga la unilateral idea que tiene del patriotismo y se asume como su único traductor, se reviste de pontífice para clasificar las virtudes y las miserias de sus gobernados desde la atalaya del Panteón Nacional. Se echa en el regazo de la supuesta defensa de valores incontrovertibles para amontonarnos en el corral de la antipatria. Sabe que se arropa en un estandarte de arduo cuestionamiento para proclamar una cruzada de regeneración que concluye en la persecución de sus adversarios. De allí que, aparte de escribir lo que ya se escribió en esta columna, de nuevo convenga la advertencia de una conocida sentencia de Samuel Johnson: "El patriotismo es el último refugio de un canalla".

(EL UNIVERSAL, 7 DE AGOSTO 2010)

jueves, 5 de agosto de 2010

TEODORO PETKOFF:

"Una economía totalmente estatizada es imposible sin una dictadura totalitaria, que procure hacer funcionar, con base en el terror y la represión, todo el ineficiente e inviable aparato económico, y, por añadidura, convirtiendo en un infierno la vida cotidiana de los pueblos".

martes, 3 de agosto de 2010

IAN BREMMER:

"el capitalismo de Estado parece permitirle a los dictadores tener los beneficios económicos del capitalismo sin tener que pagar los costos políticos de la libertad."

"el propósito del capitalismo de Estado es mantener a las elites gobernantes, no liberar a las masas oprimidas. Más parecido al fascismo, el capitalismo de Estado tiende a ser nacionalista, lo que dificulta la cooperación internacional. Los países usualmente actúan en contra de algo (particularmente EE.UU.) en lugar de actuar a favor de algo. Gran parte de los países que tienen un capitalismo de Estado también tienen que lidiar con retos políticos a nivel nacional —ésta es una de las razones por las cuales han adoptado esta estrategia. Así que las obligaciones domésticas limitarán el alcance de dichos sistemas.


domingo, 1 de agosto de 2010

¿HABRÁ O NO UN COMPROMISO DE SANTOS Y CHÁVEZ SOBRE LAS FARC?

Las noticias que llegan de Colombia sobre la conformación del nuevo gobierno de “unidad nacional” no pueden dejarnos indiferentes porque van más allá de unos simples nombramientos. Por otro lado, las sospechas de que estábamos en presencia de un cambio de gran calado en ese país, así como de un golpe de timón en la diplomacia hacia la región, parecen confirmarse.

Inicialmente, cuando el gobierno de Uribe anunció una denuncia que haría en el seno de la OEA sobre la presencia de campamentos de la narcoguerrilla terrorista FARC en territorio venezolano, se suscitó un debate sobre los objetivos que aquella perseguía, su novedad, oportunidad y la participación que tendría en ella el presidente electo, Juan Manuel Santos.

¿Qué buscaba Uribe con hacer tal denuncia a pocos días de su salida del gobierno? ¿Era oportuna o intempestiva? ¿Eran nuevas y contundentes las informaciones que serían hechas públicas o no eran más que un refrito? ¿Estaba inteligenciada con Santos la denuncia? ¿Qué tenía de cierto eso de que Uribe y Santos jugaban al policía malo y al policía bueno? ¿Favorecía los planes de Santos de reestablecer las relaciones con Venezuela esta movida de última hora de Uribe? ¿Uribe no se quería ir sin haber aportado más pruebas de las FARC en Venezuela? ¿Representa Santos un nuevo enfoque de la diplomacia colombiana en general y respecto de Venezuela en particular? ¿Que repercusiones podía tener en la política venezolana? De cara a las elecciones de septiembre ¿Venía la denuncia en auxilio de Chávez al permitirle blandir un discurso patriotero ante una supuesta agresión militar a Venezuela?

ENGANCHADOS EN LA DENUNCIA

Sensible como está Venezuela al tema de las cómplices y estrechas relaciones y la permisividad del gobierno con la narcoguerrilla colombiana, de arrancada muchos venezolanos se enganchan en la onda de la denuncia y la apoyan. Como es lógico, no pocos la vieron con buenos ojos en los sectores democráticos, habida cuenta del peligro que representan. Desde hace tiempo se esperaba el aporte de más pruebas y llevar el asunto a una instancia internacional, tal y como se había anunciado en muchas ocasiones. ¡Al fin se revelaría la información de las laptops de Reyes¡

No obstante, persuadidos de que está más que probado el vínculo gobierno venezolano-FARC y de que éstas tienen a nuestro país como zonas de alivio, y dudando acerca de la novedad de las evidencias anunciadas, nos preguntábamos qué estaría detrás de la denuncia en estos precisos momentos y cuál el propósito de Uribe, toda vez que no se veía muy claro la conveniencia para el nuevo gobierno, el cual ha manifestado su deseo de entenderse con el gobierno de Venezuela, ni la supuesta combinación entre presidente saliente y electo en la jugada. De todos modos, había que esperar ver el contenido de la denuncia en la OEA.

LA DENUNCIA EN LA OEA

Vimos la denuncia por tv de cabo a rabo, incluida la destemplada respuesta del impresentable Chaderton.

Ciertamente, fueron expuestas evidencias e informaciones que no estoy en capacidad de decir si son o no ciertas. Pero dándolas por ciertas, no lucieron impactantes ni contundentes como esperábamos. Por ejemplo, se dice que hay 1500 guerrilleros, lo cual no dudo que pueda ser verdad, pero ni una sola foto de 5 o 10 guerrilleros juntos. Hay, ciertamente, una debilidad en la denuncia, independientemente de su veracidad.

En cuanto a la oportunidad de la denuncia, el tema se torna un poco oscuro. ¿Por qué no se hizo antes y se presenta a escasos días de la asunción de un nuevo gobierno de “unidad nacional”, y luego de las declaraciones de Santos sobre su disposición a avenirse con Venezuela y Ecuador? Se ha señalado que esta jugada estaría concertada entre Santos y Uribe, pero me pregunto: ¿con que objeto? ¿Qué se buscaría obtener de Chávez? ¿Qué se pretendería, como dicen algunos, con el juego del policía bueno (Santos) y el malo (Uribe)?

Algunos han señalado motivos principistas, otros de conveniencia (ahorrarle la denuncia a Santos). No han faltado los enfoques acerca de la personalidad de Uribe.

Sea cuales fueran las razones que la movieron, hecha la denuncia, ya hemos visto el resultado: Chávez, sin justificación suficiente, rompe relaciones con Colombia, denuncia una posible invasión colombiana y lleva el problema a UNASUR, escenario institucional precario en el cual no se logra, como era de esperarse, ningún acuerdo al respecto. Ni siquiera el inefable secretario general de la organización, Néstor Kirchner, asiste, y faltan varios cancilleres a la cita, evidenciando el poco interés en el asunto o dando tiempo a la toma de posesión del nuevo gobierno colombiano.

Por su parte, el gobierno de Uribe replica y “regresa” a la OEA a pedir la creación de una Comisión internacional que verifique la presunta presencia de las FARC y del ELN en Venezuela, a lo que Insulza contesta que es un problema bilateral sobre el cual la organización, en principio, no puede hacer nada, excepto llamar a las partes a entenderse. Termina diciendo el Secretario de la OEA que “probablemente en un clima nuevo y pasado el periodo de transición en Colombia las cosas van a mejorar, ir en una dirección mejor”,

¿QUÉ SUCEDERÁ CON LA DENUNCIA DEL GOBIERNO COLOMBIANO?

Santos se ha desmarcado de la denuncia y ha hecho mutis. A la par de todo esto, se ha dicho que los nombramientos de éste estaban creando problemas en el seno de la coalición ganadora, y se explicitó cierto descontento.

Pareciera que la actitud de Santos en este embrollo trasluce un cambio de orientación diplomática, habida cuenta del relativo aislamiento regional de Colombia en los últimos tiempos. Con esto coincide un observador de Interamerican Dialogue, Michael Shifter. Éste señala que Santos no dudará en poner su sello en la crucial relación bilateral con Venezuela. Para él, está claro que el presidente electo hará un esfuerzo por evitar confrontaciones personales, a veces teñidas de ideología, que caracterizaron la relación Uribe-Chavez. Y en su lugar se podría esperar que Santos adelante un curso más sofisticado que busque minimizar riesgos para ambos países y así asegurar que las futuras disputas no se salgan fuera de control. Shifter termina diciendo que la selección de Maria Angela Holguin, ex embajadora en Venezuela, como próxima canciller, muestra que Colombia espera alcanzar algún compromiso diplomático con Chávez.

Por lo pronto, la denuncia quedará en stanb by. Ni en la OEA ni en UNASUR parecieran tener interés en llevar este asunto a sus últimas consecuencias. Si lo que se cree será la conducta de Santos en el futuro respecto del gobierno venezolano es cierto, el destino próximo de lo denunciado sería su congelamiento a la espera de lo que se “acuerde” con Chávez tanto en materia de las FARC como de otras cuestiones más prácticas y crematísticas, como el reestablecimiento de las relaciones comerciales, tema éste muy sensible para ambas naciones.

LOS EFECTOS EN VENEZUELA

La primera impresión que tienen algunos en Venezuela es que la denuncia de Uribe ayuda a Chávez, porque desvía por momentos la atención sobre los graves problemas que confronta el país y le da pie para emprender una campaña patriotera frente a un supuesto enemigo externo, lo cual lo favorecería en la campaña electoral por iniciarse.

La reacción desmedida de Chávez no se hizo esperar. Desde el rompimiento de relaciones, pasando por la llevada del problema a Unasur, hasta las movilizaciones de tropas, todo ha hecho por tratar de crear un clima en el que estaríamos frente a una amenaza de un enemigo externo que busca agredirnos o invadirnos, aupado por el demoníaco imperio. Con base en este discurso, también se busca atacar a la oposición venezolana que critica el rompimiento de relaciones con Colombia, de traidora a la Patria.

Para la oposición democrática venezolana, no hay duda de que la denuncia formulada debía hacerse. Sobre la oportunidad es donde hay divergencias. Igualmente, existe un sentimiento mayoritario en ella que las relaciones con la “hermana república” deben recomponerse sobre bases sinceras y transparentes de cooperación e integración, todo de conformidad con los principios y normas del derecho internacional. Ambos pueblos lo demandan y anhelan.

Esto implica necesariamente una posición conjunta frente a la narcoguerrilla terrorista. Si no se consigue este compromiso, las relaciones bilaterales no podrán reestablecerse en el corto plazo. Habrá que esperar, principalmente, un nuevo gobierno en Venezuela. Mientras el gobierno de Chávez siga en contubernio con las FARC y el ELN, es improbable un entendimiento con el gobierno de Santos, el cual pareciera tener toda la disposición para ello.

No hay que olvidar la incidencia que puedan tener los resultados de las elecciones parlamentarias de septiembre en este asunto tan importante. Un triunfo de la oposición podrá colocar el tema en otra dimensión.

Sólo queda aguardar cómo se desarrollarán los eventos en los próximos meses.

EMILIO NOUEL V.