lunes, 21 de septiembre de 2009

MR. CARTER: BIENVENIDO A LA LUCHA POR LA LIBERTAD EN VENEZUELA.

La larga lista de defraudados por Chávez sigue creciendo a medida que se percatan de su estafa política.

Desde muy temprano hemos visto las defecciones que la causa de aquel ha experimentado a lo largo de casi 11 años. Sirva mencionar sólo a Jorge Olavaria y Oswaldo Álvarez Paz, pasando por Mayz Vallenilla, Herman Escarrá, Carlos Genatios, Domingo Maza Zavala o Felipe Mujica, hasta llegar a Luís Miquilena, Ismael García o Kiko Bautista, sin mencionar a los miles de venezolanos de a pie que hoy de manera creciente engrosan las filas de la oposición después de comprobar el gobierno desastroso que está adelantando Chávez y los peligros que acechan a las libertades públicas.

No recuerdo un fenómeno de abandono político igual en la historia de Venezuela, que se haya producido en tan corto espacio temporal.

Casi todos los que se separan coinciden en las mismas razones, aunque, obviamente, hay matices. Hoy todos acusan a Chávez de gobernante autoritario, violador de los derechos humanos, corrupto e incompetente. Pero el “cahier de doleances” no se queda allí. Son múltiples y de naturaleza diversa los reproches que los decepcionados le lanzan a su otrora líder.

En el ámbito internacional, el fenómeno de deterioro y retiro de los apoyos, con más retraso, se ha producido igualmente. Sin embargo, ab initio, la izquierda latinoamericana, pero también la europea y norteamericana, se desvivían por el nuevo vengador de los pobres, el robin hood del siglo XXI, “el buen revolucionario”, quien ahora venía a reivindicar a los desposeídos y olvidados de la tierra.

El señor Jimmy Carter fue uno de esos incautos que desde el comienzo creyó en el discurso del revolucionario bolivariano. Ingenuamente, quizás, apostó a un tipo de demagogo, que en estos predios conocemos muy bien.

A pesar de su decepción, el señor Carter sigue reincidiendo en su error, el mismo que lo llevó a apoyar en su momento al déspota bolivariano, cuando declara: “Pero lo veo como alguien que trajo, quizás, una transformación necesaria a Venezuela al dejar que aquellos antiguamente excluidos tuvieran una participación más igualitaria en la riqueza nacional”.

Mr Carter: Usted se equivoca de nuevo de medio a medio, aunque en ello sé que no está solo; lo acompañan incluso algunos venezolanos, a los que nos resulta más difícil perdonar la ignorancia.

En Venezuela, mientras los ingresos petroleros fueron abundantes, la participación en la riqueza nacional de los llamados excluidos siempre fue más o menos parecida.

Que a Chávez le hayan tocado unos precios petroleros extraordinariamente altos, y esto le ha permitido repartir esa riqueza ampliamente, no quiere decir que antes, en las mismas condiciones, otros gobiernos no hayan hecho lo mismo.

Ciertamente, los años previos al gobierno de Chávez (casi dos décadas) no fueron buenos en términos de ingresos y esto agudizó las condiciones sociales y económicas de la población, lo cual la condujo al desafecto respecto de las opciones políticas tradicionales. Cuando AD Y COPEI no pudieron satisfacer las demandas en aumento de los venezolanos, perdieron sus apoyos electorales y esa es gran parte de la historia.

Afortunadamente, viene usted a darse cuenta al fin de la deriva totalitaria del gobernante venezolano. ¡Hip, hip, hurra¡ Sepa también que a pesar de los ingentes recursos financieros de estos 11 años, Chávez no ha sacado verdaderamente a nadie de la pobreza, si entendemos por tal algo más allá que consumir o tener un poco de dinero en los bolsillos. No olvide que miles de venezolanos sólo han vivido un boom de ingresos, que no se ha traducido en la creación de riqueza productiva, ni ha sacado a los excluidos de su condición.

Así que, Mr. Carter, no siga equivocándose. Saludamos que haya salido de esa oscuridad que le imposibilitaba ver al tiranuelo que estamos sufriendo los venezolanos. Bienvenido a la lucha por la democracia y la libertad.

EMILIO NOUEL V.

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