martes, 21 de abril de 2009

OBAMA Y LA BABA DEL PETROTIRANO

 

Al fin se dio la tan esperada Cumbre de las Américas en Trinidad-Tobago, para la cual algunos habían augurado un enfrentamiento entre los gobiernos gorrones que hacen coro al de Venezuela y el de EEUU. 

  Sin embargo, el choque no se produjo y lo fundamental fue el encuentro-reconocimiento entre el nuevo presidente de EEUU y los 33 mandatarios del hemisferio, aunque Barack Obama ya había sostenido previamente reuniones con los presidentes de los 2 países más importantes del vecindario que tienen su lugar entre los grandes: Brasil y México. 

  El contenido del discurso de Obama fue el esperado, habida cuenta de sus pronunciamientos anteriores; nihil novum. 

   Allí reiteró lo dicho durante la campaña electoral, es decir, su disposición al diálogo constructivo entre las naciones, con base en los principios democráticos y el respeto mutuo entre los miembros de la comunidad internacional; un diálogo entre iguales, viendo el futuro y dejando atrás el pasado, sin arrogancia e imposiciones, y mucho menos, sin atribuir a otros los males cuyas causas son más bien propias.

  Por lo demás, de compromisos concretos sustanciales, no se puede mencionar ninguno; incluso, la declaración conjunta negociada ni siquiera fue firmada por las discrepancias manifestadas por unos pocos que siguen a pie juntillas lo que el dadivoso presidente de Venezuela ordena.

  Así, la reunión Cumbre constituye un retroceso respecto de las anteriores, toda vez que en aquellas los aspectos, como el comercial, tenían importancia, y en momentos económicos tan difíciles como los presentes, pareciera absurdo no tratarlos. Es inconcebible, desde el punto de vista de los intereses de los 34 países, que todo haya girado alrededor del tema de recibir o no a Cuba en la comunidad hemisférica. Mayor desatino y extravío no puede haber; en esto se anotó un punto la junta de beneficencia ALBA.

  Pero así están las cosas en nuestro hemisferio. Frente a la crisis de los esquemas de integración, que cada quien individualmente se resuelva como pueda, y es de esperar que los que saben pragmáticamente donde están sus intereses, hagan todo lo posible para preservarlos o potenciarlos por las vías bilaterales. Los que sigan persiguiendo utopías inalcanzables se rezagarán y sus pueblos serán las víctimas de estos delirios ideológicos.

   Aparte de estos magros resultados, queda por comentar la notoria volubilidad de la conducta del presidente venezolano, que después de anunciar rayos y centellas, y haber preparado toda su artillería para dispararla en Puerto España contra el enemigo imperialista, se trocó en manso corderito, visiblemente embobado -“aguadito”, diría Freddy Ríos-,  ante el señor Obama.

   Al “pobre ignorante” de hace unos días, le pidió casi desesperadamente, cayéndosele la baba -requiebros incluidos- que fuera su amigo. Y no era para menos, si pensamos que estuvo bregando durante meses este encuentro, aunque fuera –¡Qué emoción¡- de sólo 1 minuto. Pero la ridícula performance no paró allí. En su acoso a Obama, no podía faltar una demostración de lo profundamente emocionado que estaba y para que se viera el frenesí que lo embargaba, le obsequió, cual cajita de bombones, un libro panfletario y demodé, que el homenajeado no podrá leer a menos que aprenda español.

  De modo que la Cumbre de Trinidad quedará simplemente como una fiesta de presentación en sociedad del señor Obama, con regalo incluido, mientras la crisis financiera mundial sigue causando estragos y Venezuela sigue su senda a la tiranía.

 

EMILIO NOUEL V.

   

   

jueves, 2 de abril de 2009

CHÁVEZ Y LA PROTECCIÓN DE GENOCIDAS

La insólita y grave declaración emitida por el presidente Chávez respecto de la orden de aprehensión dictada por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente genocida de Sudán, es una demostración más de que a él le importa un cuerno los compromisos internacionales de la República o el ordenamiento jurídico del país.

   Desde hace algunos años he venido señalando que para la locura ideológica del gobierno venezolano las instituciones internacionales no tienen ningún valor, ni mucho menos le imponen obligaciones. El concepto de soberanía absoluta anacrónico y bárbaro que maneja lo conduce a un enfoque de tal absurdidad, que al final lo que queda es el camino de la confrontación permanente sin que se pueda descartar lo bélico.

   Así, el escenario que ofrecen las instituciones internacionales es utilizado cuando convenga hacerlo, y cuando no, se despotrica de ellas.

   Esta conducta reiterada se expresa en declaraciones diversas e incluso se  recoge en documentos públicos de naturaleza internacional.

   Como muestra sólo un botón: Chávez en visita a la ciudad de Manaos, Brasil, en Octubre de 2004, nos invita a enfrentar “la influencia nefasta de los organismos internacionales”, para así poder definir una agenda de los Estados soberanos, y “según nuestros propios criterios y conceptos de soberanía.” Más claro no podría ser. El lector repare sólo en las expresiones: “influencia nefasta” y “nuestros propios criterios”, y podrá percibir la gravedad de estas declaraciones. Es la ley de jungla lo que se nos propone.

   De allí que no extrañen las más recientes declaraciones apoyando a un genocida. ¿Acaso no ha apoyado a un terrorista como Carlos el Chacal? ¿Y que me dicen de la protección a la narcoguerrilla terrorista FARC, o las relaciones que mantiene con el terrorismo de Hamas y Hezbolá? ¿Se recuerda la visita a otro genocida, Sadam Hussein?

      El prontuario criminal del presidente de Sudán, prófugo de la justicia internacional, es harto conocido y está ampliamente demostrado en el respectivo expediente de la CPI.

     Sin embargo, en un acto más de extrema irresponsabilidad, tan desmesurado como desquiciado, el presidente Chávez ha invitado al delincuente a visitar a nuestro país, desafiando a la comunidad internacional y violando de manera expresa los compromisos jurídicos que en esta materia ha asumido la Nación.

   Como se sabe, Venezuela es signataria del tratado que instituye la Corte referida, y está obligada a cumplir con el contenido de aquel, sin reserva alguna. Entre otras obligaciones, Venezuela, como Estado Parte, de conformidad con lo dispuesto en el tratado, deberá cooperar “plenamente con la Corte en relación con la investigación y el enjuiciamiento de crímenes de su competencia”. (artículo 86)

   Por otro lado, el artículo 87 establece que la Corte está facultada para formular solicitudes de cooperación a los Estados Partes, y éstas se transmitirán por vía diplomática o por cualquier otro conducto adecuado.

    Si en contravención de lo dispuesto en el tratado, un Estado Parte se niega a dar curso a una solicitud de cooperación formulada por la Corte, impidiéndole ejercer sus funciones y atribuciones de conformidad con el Estatuto, ésta podrá hacer una constatación y remitir la cuestión a la Asamblea de los Estados Partes o al Consejo de Seguridad, si éste le hubiese remitido el asunto.

   ¿Se imagina el lector lo que pudiera suceder a Venezuela en términos de rechazo, imagen y responsabilidad internacional, si recibiera al genocida y el gobierno no diera cumplimiento al mandato de detención de la CPI?

   Tiempos oscuros y degradantes estamos viviendo. La tiranía en desarrollo en nuestro país, no sólo afecta a los venezolanos internamente, también nos expone al repudio y el aislamiento internacional.

EMILIO NOUEL V.